El cuento de lo que quiero y no quiero, las magiconerías y otras tonteras

SALARRUÉ
Sonsonate 1899 – San Salvador 1975

PUESIESQUE la Firulina le dijo a la Cocolina que tenía unos sus cuatro años. «¿Y vos qué quisieras tener. » «Yo nada ¿y vos?» le dijo Cocolina (porque quizás quería saber primero para querer una cosa más mejor queya). «Yo» le dijo la Firulina haciendo así las manos, «unas casemuñecas que tocara uno y dijeran diadentro: «¿Qué quería la que toca?»» «Pues yo» le dijo ya contenta la Cocolina, «yo quisiera una casemuñecas que tocara uno y de cada toquido se juera haciendo uno más chiquita, más chiquita, más chiquirritica… hasta que juera uno muñeca también y que al abrir la puerta una criada de manta reyena de zacate viruta, le dijera: «Pase adelante niña Cocolina, ai lastán esperando sus muñecas rubias para hablar de las niñas denfrente y de sus novios!»» «¡Tshá!» le dijo con desprecio la Firulina, «vos sólo cosas que no cueden ser decís; decí qué quisieras, pero que juera verdá que se pudiera hacer. » «¡Ah, pue entonce…» le dijo la Cocolina, «yo quisiera una arcancía que se le echara un centavo y descués otro, y descués otro, y cuando lihubiera echado uno como cientocincuenta veces labriera y ¡tas! hubieran doce ríales adentro!» «¡Tonta!» le dijo la Firulina, «te digo que no querrás cosas mágicas. » «¡Sieso nués mágico!» le dijo la Cocolina. «¡Comonó!» le dijo ya bien brava la Firulina, «¿cómo no va a ser magiconería que eches centavos y te salgan nales?» Entonce le dijo la Cocolina: «¡Más magiconería es estar queriendo tener y que ni tiene uno nada!» «Entonce» le dijo Firulina, «¿qué no quisieras tener más?» «Yo» le dijo la Cocolina, «no quisiera tener…: un gran chucho con rabia en el estómago que tirara mordidas por todos los güesos diadentro, y los hígados y los ñervos.» «Eso es los que tienen hambre» le dijo la Firulina, «yo no quisiera tener una bolejabón en el galiyo para que cada vez que bostezara me salieran bombas redondas.» «Eso es tener güegüecho» le dijo la Cocolina. «¡Tonta!» le dijo ya bien brava la Firulina, «yo digo bombas de vidrito de espuma con aigre adentro y colores que van volando.» «¡Pues aunque seya!» le dijo la Cocolina, «porque siempre es tontera, ¿cómo se va andar bostezando con tamaña bolejabón en el galiyo? ¡Crés que no tiogábas ligerito con lo amargo y quiademás arde en la carne viva!» «¡Güeno, pues!» le dijo la Firulina, «entonce, «que quisieras y no quisieras tener?» «Yo» le dijo la Cocolina, «quisiera tener y no quisiera tener unos dientes de quitar de noche como los de la niña Casilda. Quisiera porque asusta uno al que le da la gana y cuando se muere uno núes calavera dientes pelados, y no quisiera porque soy miedosa en loscuro y no miba gustar que sestuvieran riendo conmigo toda la noche adentro diun vaso.» «Yo» le dijo la Firulina, «quisiera y no quisiera tener, una lamparita en el jundío como las luciérnagas. Quisiera porque me sacarían en carroza de culumbrón y además no necesitaría candela parir al común y las cucas se espantaban y
no me mordían, y no quisiera porque cuando mi papá me diera pan-pan siba quemar la mano y también porque en el cine siban enojar las gentes y iban a gritar: «¡Que se caye el jundío esa muchachita diadelante que no deja ver bien!»» Y se tiraron cuatro carcajadas y un rempujón caduna y diay salieron corriendo agarradas de la mano haciendo así y siacabuche

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